La oleada de sindicalismo que atraviesa al sector tecnológico, especialmente en EEUU, ha copado titulares en los últimos meses. Las votaciones para formar sindicatos en almacenes de Amazon primero, y el mismo procedimiento en las tiendas de Apple después, ha llevado a diversos expertos a hablar de un fenómeno que ya cuenta con sus propios líderes.
La aparición de trabajadores organizados se da además en una encrucijada: el frágil escenario económico —que se está constatando en los resultados financieros de compañías como Google o Meta en este tercer trimestre— desatan el temor a oleadas de despidos, que algunos ya consideran inevitables.